La boxeadora caucana Ingrit Valencia agradeció a Dios y los colombianos por el apoyo recibido durante su participación en los Juegos Olímpicos, donde se transfromó en la primera púgil nacional en participar y encima colgarse una presea. 

"Mi medalla va dedicado primero a Dios y a mis abuelos que me ven desde el cielo y segundo a mi hijo que ha sido uno de los más sacrificados por el deporte, pero hoy en día eso no es vano. Ahora él dice que por mi es famoso", expresó emocionada la pegadora. 

Valencia dijo que fue complicada la pela, ante la presión del ambiente y lo que valía una victoria. 

"Solo Dios y yo sabemos como se siente un deportista cuando se sube al ring a afrontar una competencia de tan gran nivel como lo son unas Olimpíadas. La rival que yo tenía al frente era una rival muy fuerte, como mis entrenadores y yo lo sabíamos", explicó. 

Sobre la pelea, dijo que se dejó tomar por sorpresa a su rival que le marcó la pauta en el primer asalto. 

"Me sorprendió en el primer asalto y me acomodé en la pelea faltando dos asaltos. La decisión fue dividida y no fue fácil para rival. Pude llegar más lejos y esperemos que en otra oportunidad sea mejor", detalló.  

Así mismo, reconoció que la francesa al final se llevó la victoria con todo el mérito del caso. 

"Sé que yo perdí, aunque estuvo muy apretada la pelea. Estoy contenta porque fue decisión dividida, terminé bien los asaltos y gracias a Dios no pasó nada", remarcó. 

Por el momento no ve decabellada su posibilidad de dar el salto al mundo del boxeo profesional. 

"Ahora no tengo claro que voy a hacer. Pero si se me presenta una buena propuesta y una buena oportunidad lo pensaría. Esperemos a ver que viene", dijo.

Por último, destacó que quedan muchas grandes cosas por venir en su carrera. 

"Fueron mis primeros Juegos Olímpicos y fui medallista. Mis entrenadores creían que se podía, en todos los juegos que he asistido tuve medalla. Estoy super feliz y agradecida con Dios", cerró.